viernes, 10 de abril de 2020

DE EPIDEMIAS Y VACUNAS EN LOS TIEMPOS DE BELGRANO

por Luis Horacio Yanicelli (*)


Como sabemos, el Gral. Manuel Belgrano nació en Buenos Aires un 3 de junio de 1770, y falleció en el mismo lugar donde vino al mundo, un 20 de junio de 1820. Retomando nuestros encuentros semanales, vamos a traer en esta oportunidad algunas noticias de que sucedió en los tiempos de la vida de nuestro prócer, en materia de epidemias, en un mundo que tenía muchos menos recursos y conocimientos científicos de los que dispone la generación nuestra.


El Virreinato del Río de la Plata, fue creado en el año 1776, por el rey de España D. Carlos III, designándose capital del mismo a la ciudad de Buenos Aires. El primer Virrey fue D. Pedro de Cevallos, quien duró muy poco tiempo en sus funciones, apenas una año, siendo reemplazado por D. Juan José de Vertiz quien al poco tiempo de hacerse cargo del gobierno, ordenó que se higienizara la ciudad capital, ya que se había convertido en una sucia ciudad portuaria. Asimismo dispuso la creación del Protomedicato a fin de supervisar las medidas de sanidad pública, la educación sanitaria y la matriculación de los nuevos médicos, nombrando al frente de dicha institución al doctor MICHAEL O’GORMAN, de origen irlandés, medidas estas que mejoraron enormemente las condiciones de vida de la ciudad.

Dr. Michael O´Gorman
En la década de los años 90 del siglo XVIII, la viruela hizo estragos en toda la América española, pero al final de la misma, el médico inglés Edward Jenner, concretamente en 1798, creo la vacuna contra la viruela.


Edward Jenner.-
Dicha vacuna, o la vacuna de Jenner, se preparaba a partir de un virus vacuno, de ahí el nombre. El científico en sus observaciones notó que los ordeñadores de vacas a menudo desarrollaban pústulas similares a las que producía el virus de la viruela y que las contraían mediante la exposición continua a las ubres de la vaca, pues estas pústulas se presentaban también con frecuencia en ellas. Reparó en que los ordeñadores no se enfermaban con el virus de la viruela durante los grandes brotes de la enfermedad, por lo que dedujo que, a través de las pústulas, desarrollaban cierta protección. Es así que probó extrayendo material de las pústulas de la vaca para después inyectarlo en el brazo de un niño de 8 años. Poco después, durante un brote infeccioso de viruela, expuso intencionalmente a este niño con el material obtenido y encontró que la enfermedad no se había desarrollado.


Observaciones de Edward Jenner.-
La superstición de la época llevaba a que muchas mujeres se resistiesen a ser vacunadas, por temor a que sus pechos adoptasen forma de ubres vacunas.

 También se realizaron caricaturas  en que se comenzó a aplicar la vacuna contra la viruela, que satiriza a la gente que temía que la aplicación de la vacuna les hiciese que en su cuerpo surgieses apéndices vacunas.-
Lo real y cierto, según nos cuenta en “Epidemias en Buenos Aires desde la época colonial”, León Benarós; fue en el año de 1805, que por orden del Rey de España Carlos IV, se mandó a vacunación general en el virreinato. Y a pesar de las resistencias, no obstante ello, se realizó razonablement, para lo que se podía esperar en aquella época.


Pero lo mas interesante, es que como resultado de las investigaciones y pruebas llevadas a cabo por el padre Feliciano Pueyrredón - hermano mayor de Juan Martín, el que fuera héroe de las Invasiones inglesas y luego Director Supremo - y el doctor Francisco Javier Muñiz, con vacas argentinas, lograron obtener la primera vacuna antivariólica hecha en el país. En estos tiempos, Manuel Belgrano era el Secretario a Perpetuidad del Consulado de Buenos Aires. Podríamos bien decir, que en los estudios y experimentos Pueyrredón-Muñiz, nació la investigación científica local argentina.



Dr. Francisco Javier Muñiz.
En el siglo XIX, el cólera se había extendido desde la India hasta Inglaterra y de allí a Buenos Aires. En el año de 1817, se produjo una pandemia, (la enfermedad pasa de uno a otro país), de cólera. En 1818 llega a Buenos Aires produciendo cuadros verdaderamente graves en la población. Entre los enfermos se incluyó al doctor Ventura Salinas, quien luego en 1833, publicó un estudio sobre la enfermedad, de la cual fue médico y paciente en forma simultánea. El Dr. Salinas, muere fusilado en la guerra civil, por el bando rosista en el año 1843, junto a otro colega suyo el correntino Dr. José Gregorio Acuña.
La gravedad de la pandemia de cólera fue tremenda, según lo informa el propio Dr. Salinas, el promedio se resumía en que moría uno de cada dos afectados.
En Buenos Aires, el Hospital principal funcionaba bajo la dirección y atención de los Hermanos de la orden de los Betlemitas, sus recursos fueron sufragados durante todo el siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX, por aportes de las familias principales de la ciudad, entre las que se contaba, desde luego, la familia Belgrano. En el Archivo General de la Nación, podemos encontrar el nombre de otros aportantes, como la familias Alzaga, Escalada, Aguirre, Azcuénaga, Pueyrredón, Larrea, Ezcurra, Anchorena, Rozas, Vieytes y varios más.


Durante el transcurso de los 34 años de existencia del Virreinato del Río de la plata, esto es entre que fue creado y la Revolución de Mayo de 1810, se establecieron instituciones que vivieron mas allá de la declaración de la independencia. La Aduana, el Consulado y las Intendencias, fueron las bases de la organización gubernamental post revolucionaria. En la organización sanitaria de Buenos Aires, durante el virreinato, es menester distinguir la obra hospitalaria y la creación en 1798 del Protomedicato, siendo este último la asunción por parte del Estado, de la responsabilidad de velar por la salud y la calidad de la asistencia sanitaria a la población. Los funcionarios del Protomedicato, los protomédicos, inspeccionaban los hospitales y todas las casas particulares que atendían heridos y enfermos, a fin de inquirir de los mismos pacientes acerca de la calidad de la atención que se les brindaba, con el deber de requerir e indicar, en todos los casos, aquello que considerasen necesario para la mejor atención de los enfermos y heridos. Esto demuestra la vocación progresista de la sociedad porteña.



Tribunal del Protomedicato de Buenos Aires, en plena Sesión.-
Pero los fundamentos organizativos elevados, no fueron una cuestión espontánea de la sociedad de Buenos Aires, sino que venían en las propias instrucciones e indicaciones, que los reyes de España daban a los funcionarios coloniales, los que como es sabido, en la mayor parte de los casos, se encargaron de desnaturalizar aquellas mandas u anhelos de la corona metropolitana. Desde el plano de Juan de Garay, observamos el orden bajo el que se debían levantar las ciudades.


La ciudad colonial se levantaba en función de las definiciones establecidas en los “Los diez libros de Arquitectura” de Marco L. Vitruvio. El característico trazado en damero consigna, «las manzanas reservadas para la plaza, el fuerte, los conventos de San Francisco, Santo Domingo, Santa Úrsula y para el hospital, un solar para el Cabildo y la cárcel y otro para la iglesia mayor». Si nos fijamos en la parte inferior de la figura, se observa una edificación cuyo perímetro tiene la forma de una estrella, pues bien, ese edificio debía ser el fuerte, que finalmente se construyó con un formato distinto, pero la forma de estrella es precisamente, la que San Martín y Belgrano le dieron a la construcción del fuerte para asiento del Ejército Auxiliar del Alto Perú en la ciudad de San Miguel de Tucumán, en el año 1814.-


Belgrano y San Martín, hicieron vacunar a sus tropas contra la viruela. Belgrano lo deja asentado en su Diario de Marcha del Ejército del Norte y San Martín consta y obra en nota dirigida al Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón en el año 1816. Obviamente, expresan opiniones limitadas al respecto, pero lo que sí podemos señalar es que ambos, valoraban la importancia de la vacunación y eran conscientes del peligro de las epidemias, lo que en sí mismo ya constituye todo un dato.

(*) Miembro de Número del Instituto Nacional Belgraniano y Presidente del Instituto Belgraniano de Tucumán.-

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